ESTA ES LA HISTORIA DE UN VERDADERO TIGRE NACIDO PARA SER CAMPEÓN DESDE NIÑO EN EL DEPORTE DE LOS DIAMANTES..
El venezolano Miguel Cabrera firmó en el año 2014 el contrato más lucrativo en la historia del deporte estadounidense.
Aquel megacontrato del nacido en Maracay, estado Aragua, fue por 292 millones de dólares y 10 años con los Tigres de Detroit.
En la actualidad, el aragüeño sigue siendo uno de los peloteros que más dinero ganan por temporada en el béisbol de Grandes Ligas.
Además, Cabrera va rumbo a ser el jugador mejor pagado de la historia de este deporte, una vez haya finalizado su contrato con los bengalíes.
Nacido para ser campeón, ganador de 2 premios MVP de la Liga Americana, 4 Títulos de Bateo y 7 Bates de Plata, además de ser 11 veces All Star, Miguel Cabrera es uno de los mejores jugadores en la historia de las ligas mayores.
Aquel niño que aprendió a jugar al béisbol en el mismo terreno donde su tío José Torres supervisa la práctica de decenas de niños.
El propio José Torres, tío de Miguel, contempló en su sobrino la firma más grande que haya hecho un pelotero, hace 8 años.
El pariente ahora recuerda cómo se formó “El Tigre de Maracay” en aquel viejo estadio, que ahora está remodelado gracias al aporte económico que hizo su sobrino.
¿Qué importa su fama? «Miguelito», como muchos todavía lo llaman en el barrio que lo vio nacer, sigue siendo el niño mimado de La Pedrera, un sector de clase obrera en Maracay, una ciudad ubicada a unos 105 kilómetros al oeste de Caracas.
Cabrera y su familia se mudaron a un sector más pudiente de la ciudad cuando, apenas con 16 años, recibió una bonificación de 1,8 millones de dólares de los Marlins de Florida en 1999.
Sin embargo, sus tíos, primos y otros allegados, todavía viven en el barrio de calles angostas y fachadas descoloridas y carcomidas por el sol, ubicado al pie de una montaña.
Cada vez que puede durante sus vacaciones de Grandes Ligas, Cabrera visita a sus familiares y amigos de la infancia.
Miguelito nació un 18 de abril de 1983 en el Hospital Central de la ciudad de Maracay, estado Aragua, Venezuela.
José Miguel Cabrera Torres, grandeliga venezolano de los Tigres de Detroit es hijo de Doña Gregoria Torres y Don MIguel Cabrera.
Miguel prácticamente nació con un bate en la mano, producto de una familia amante del deporte nacional.
Su tío José Torres, a quien ya nombramos, jugó con los Tigres de Aragua en la pelota invernal y en las menores de los Reales de Kansas City, y su madre Gregoria integró la selección venezolana de softbol durante 12 años.
Cuando se colocó un uniforme de béisbol por primera vez a los casi 4 años de edad, el niño que estaba delante de él en la alineación recibió un pelotazo.
El miedo se metió en el cuerpo de Miguelito y se agarró de la cerca, dejando el juego, para no volver a los diamantes durante un año.
“Se ponía a llorar, no quería ir a las prácticas; sin embargo, al ver a los niños entrenar, se entusiasmó y volvió al estadio”, dijo la madre de Miguel.
Cuando se reintegró a las actividades de la pelota, no esperó mucho para ser campeón con su estado Aragua en preparatoria.
Miggy se quedó con el Jugador Más Valioso de aquel torneo que ganó con el uniforme de la la tierra que lo vio nacer.
Por algo hemos dicho que el Tigre es un pelotero nacido para ser campeón, teniendo además, un anillo de Serie Mundial, el cual ganó con los Marlins de Florida.
A los 13 años se inspiró para tomar la decisión de su vida y dijo que quería ser un grandeliga, la suerte lo acompañó porque tenía a su lado a los mejores scouts de su carrera, sus padres.
En una charla de sobremesa Miguelito delineó su futuro al comunicarle a su padre que deseaba convertirse en pelotero profesional y recibió una serena respuesta: “Debes dedicarte a eso y a tus estudios, trabajar bastante para lograr esa meta”.
En ese momento, Miguel comenzó a aplicar el consejo de su papá y continuó sus estudios en el liceo Andrés Bello, donde se graduó.
La futura superestrella de Grandes Ligas, salía a la 01 de la tarde, luego almorzaba y después practicaba hasta la 06:00 pm.
Según su abuela materna, Berta Torres, Miguel siempre se tiraba por la empalizada para ir a entrenar o jugar caimaneras, en el estadio de béisbol que está detrás de la casa donde vivía.
El tío José Torres era muy fuerte con Miguel para que entrenara y nunca le decía que era bueno; en cambio, le repetía que tenía que ponerle más porque aún le faltaba demasiado.
Su mamá confiesa que la crianza de Miguelito fue un poco dura, con humildad, nunca exigía nada y comprendía cualquier situación.
El Sr. Miguel Cabrera, padre, tenía un taller de latonería y pintura y Doña Gregoria era ama de casa y ayudaba en las cuestiones del negocio familiar.
Tanto el Sr. Cabrera y Doña Gregoria forjaron el espíritu luchador del joven Miguelito, quien tenía mucha disciplina, según sus padres.
Doña Gregoria y el Sr. Cabrera, acompañaban a Miguel todos los fines de semana al estadio y hoy en día gozan del fruto de sus esfuerzos.
Miguel también resaltó jugando voleibol hasta el punto de que le propusieron integrar la selección nacional juvenil en ese deporte.
Pero el papá de Miggy, el Sr. Miguel Carbrera, le prohibió a su hijo seguir jugando voleibol para cuidar su brazo.
“Él igual se iba a practicar escondido. Por ello, el rostro que acapara las primeras planas de los periódicos venezolanos “cuando ganaba su sexteto, huía de los reporteros gráficos y nunca salía en las fotos para que nosotros no nos enteráramos”. Expresó la mamá de Miguel, Doña Gregoria.
Pero pronto el béisbol absorbería todo el tiempo de Miguel con los éxitos logrados en diferentes certámenes, que le abrieron un puesto en la novena que disputó el Panamericano de San Luis, EEUU, en 1997.
Miguel fue designado campeón campocorto, jonronero, bate, slugger e infiel, y gracias a esta actuación, recibió varias condecoraciones en el país, incluido su segundo premio a la excelencia de la juventud aragüeña.
Además, Miguel fue llevado por Gilberto Mendoza a la cena anual de la Asociación Mundial de Boxeo en Las Vegas, donde compartió, entre otros, con Evander Holyfield y Larry Holmes.
Cuando estaba en San Luís, Missouri, disputando el panamericano, Cabrera conquistó la atención de los cazatalentos de las Mayores.
La vida de Miguel se convirtió en lo que llamamos un corre y corre, del liceo al estadio de La Pedrera y luego llegaba el jefe de Toronto, a los tres días uno de los Marlins.
Hubo un momento en que los scouts de Venezuela no podían hacer nada porque no sabían cómo calificar a esta futura estrella de la MLB.
En el día, El Tigre de Maracay deslumbraba a los observadores foráneos, y en las noches, los padres se mantenían en vela.
“No dormíamos, estudiábamos las ofertas. ¿Qué pelotero jugaba aquí?; qué chance podía tener José Miguel con las organizaciones. Eso lo hablábamos Miguel y yo en las noches, que se nos iba en puro pensar”. Dijo Doña Gregoria.
Pero la incertidumbre de los padres de Miaguel terminaron el 2 de julio de 1999, en El Portón de la Abuela en la avenida Las Delicias de Maracay, donde el joven pelotero sorprendió al mundo del béisbol al firmar con los Marlins de Florida por un bono de 1.8 millones de dólares.
La firma de Miguel para entonces, fue la más grande de un prospecto venezolano superando los 1.6 que dieron los Yankees a Jackson Melian.
Ese día los padres de Miguelito tuvieron que esconderse, el Hotel Pipo International de Maracay estaba lleno de scouts y agentes.
Los expertos de Grandes Ligas le daban a Miguel 5 o 6 años para arribar a la MLB, pero solo necesitó de 4 para debutar.
Volviendo con lo de nacido para ser campeón, también agregamos que es un verdadero Tigre, pues sus equipos son Detroit y Aragua.
El de La Pedrera debutó en el béisbol venezolano con tan solo 16 años en la temporada 1999-2000 con los Tigres de Aragua.
Cabrera actuó en un solo juego como campocorto de los bengalíes y bateó un hit en cuatro viajes al plato, debutando en la LVBP.
El nacido para ser campeón, ganó cuatro títulos en la LVBP con los Tigres en las campañas 2002-2003, 2003-2004, 2005-2006 y 2006-2007.
En la final de la temporada del 2002-2003, Cabrera lideró la ofensiva de los bengalíes al sacudir par de vuelacercas ante Caribes de Anzoátegui.
En junio del año 2002 Miguel Cabrera se casó por civil con su actual esposa, Rosangel Polanco de Cabrera con quien tiene dos hijos.
El 20 de junio de 2003 las Grandes Ligas de Béisbol daría un grito cuando el Tigre de Maracay, el venezolano Miguel Cabrera, dio su salto a la MLB con los Marlins de Florida.
Fue un debut histórico e impresionante para el grandeliga venezolano, que alineó ese día de octavo y jardinero izquierdo.
A Cabrera le tocó batear en la parte baja del inning 11 contra los envíos de Al Levine y su compatriota Alex González en base.
El Tigre conectó un jonrón de oro, un batazo de vuelta entera por el jardín central del Pro Player Stadium y de esa forma los Marlins de Florida dejaron en el terreno a los Mantarrayas de Tampa Bay con marcador de 3×1.
Miguel se convirtió rápidamente en el héroe de su equipo en pleno debut de Grandes Ligas con tan solo 20 años de edad. El resto de la historia ya la sabemos…
Video: Nacido para ser campeón, la historia de un verdadero Tigre…
Por Thim Galantón
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